sábado, 1 de octubre de 2011

No me esperes.
Una orilla de sal silencia el sueño
un espuerta de cal sobre la arena.
Más blanca que ningúna.
.
Como un fantasma se adelanta el día.
me pregunté sobre tu lecho mudo
sin caricias a tus cruzados labios
dónde tu muerte resbalaba en ondas
como la más incauta de las lágrimas.
Pálida temerosa, apenas confundída.
.
No me esperes
Del campo inmenso labraré una vega
donde sembrar, sin sueño, la tristeza.
.
María T.

4 comentarios:

  1. Me gusta la imagen que evocas, en la primera estrofa, con esas palabras tan marinas. Me gusta sentir el marero pasear por mi piel y acariciar los cristales de sal que este deja en los poros.

    Si tuviese que quedarme con algo de este poema, sin lugar a dudas y sin desmerecer ninguno, serían los dos últimos versos. Son magníficos, me encanta como materializan y tratan a la tristeza. Me gusta esa metáfora de labrar una vega; maravilloso, digno de los más grandes literatos.

    Como ya dije en multitud de ocasiones, y no me cansaré de repetirlo, tienes la facultad de hacer que las cosas más confusas y abstractas parezcan cándidas y diáfanas. No todo el mundo posee esa grata facultad.

    Saludos mi querida bonaerense.

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  2. y cosechar tristeza también?

    Precioso.
    Saludos, Nahuel. Y gracias por pasar por mi Blog.

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  3. Galie gracias me encanta leerte por acá!
    Nahuel..¿cosechar tristeza?..me diste una buena idea gracias!
    Narrador tu huella por acá es un honor:)

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