martes, 24 de enero de 2012

Húmeda Tierra

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Me estoy marchando,
soy la noche,
en el borde, tu sueño.
La piel,
una sospecha sin términos.
Inclino mi cabeza,
una audacia.
Aduzco mi defensa
mas allá de la sombra.
La verdad, un instante
en tus labios.
Alardeo húmeda,
en las pestañas lentas.
Besaré lo posible
hasta teñirte de rubor.
Vacila
conmuévete.
Tus rectas,
insobornables bellezas.
Recojo mi cabello.
He sabido la forma de tus labios
la manera ligera de tus manos.
No en vano presumo un brillo
en mi pluma.
Siento tu lengua de heno.
Mis palabras buscan tu corazón vacío
tus dedos de humo.
Olvida el sueño
arrastro tu equilibrio
a la afilada entraña
de la húmeda tierra.
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María T.

viernes, 20 de enero de 2012

Busco un límite.
Un puñado de tiempo,
un mundo sin contornos.
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Me inclino a que me duela
a desoír las voces, si
un delito, alejarme.
Ni abrigo ni presencia.
Será una deserción.
Ancho paso, al contacto del silencio.
La prueba suficiente,
al dolor en el borde de tu beso.
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Y digo sin embargo
que a mi delito alejo,
de mis voces.
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María T.

sábado, 14 de enero de 2012

Arrojo la palabra

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Arrojo la palabra.
Sucede como un ancla,
alzado en la luz.
Y vienen esos pasos
el pecho hunde motivos al océano
Aquí la lejanía, una roca, un eco.
Se desliza la noche, en las desnudas ramas.
Alguien camina, inmóvil
en la distancia sin edad de arena.
Arroja el silencio,
quietud de espadas blancas.
El tiempo afila inviernos transparentes
y sueños cotidianos.
Es la herencia en la noche sin eclipses.
Esperar lo que nunca vendrá,
suspendido en el tiempo.
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María T.