*
La casa sigue ahí.
Será un retorno osado,
resplandor extraviado de la tarde,
la siesta de la niña.
Otoño con raíces amarillas,
intactas noches bajas,
donde olvidé los nidos.
Nosotros, hombres solos,
fantasmas cobijados
en los rincones
donde perdí los ojos.
Ahora soy montaña donde lloran
los colores cegados.
Y un río inexcusable,
un triste vagabundo
Que precede al deshielo.
*
María T.
Hola emily, el regreso a Itaca,cada uno tiene su propia patria...la mia son tus hermosas letras...
ResponderEliminarGracias, pasa buen día, besos de regreso...
Hermoso poema, lleno de imagenes.
ResponderEliminarMe gusta el rìo tratado como vagabundo.
Un lujo leerte.
Y aprovecho para pedirte disculpas por no responder tu comentario allà en el mìo. Escribimos al mismo tiempo, y no lo vi.
Un abrazo.
"Ahora soy montaña donde lloran
ResponderEliminarlos colores cegados."; Oh¡
Me encantó todo el poema, emily
Besos
Ío
Haré un comentario en lo que dura un cigarro...
ResponderEliminarSiento la penumbra llena de amor de tus letras, la desolación dulce de tus versos. Me gusta lo que dices, pero aún mejor es el dejo que perdura día tras día.
El regreso es como la huida, pero con mas huellas. Tu poesía está cargada de melosas huellas en las que retroceder es el camino más lindo que podemos tomar.
Ya sabes lo que opino de esta composición... ¿Qué más adjetivos se pueden poner a un adverbio tan paradójico?
saludos mi querida bonaerense.
gracias don vito andolina, claro! que esta casa es suya :).
ResponderEliminarEl lujo es mío de tenerlo por aquí El Gaucho Santillán !
ío admiro mucho tus letras así que siempre serás bienvenida !
gracias Galie, ya sabes espero tus comentarios casi como si esperase un poema, amigo!